Existen
muchas clases de medicamentos para el tratamiento del lupus. De todos estos
medicamentos, sólo algunos han sido aprobados para el tratamiento específico
del lupus por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (Food and
Drug Administration, FDA): los corticosteroides, entre los que se incluyen
la prednisona, la prednisolona, la metilprednisolona y la hidrocortisona; el
medicamento antimalárico, hidroxicloroquina (Plaquenil®); belimumab
(Benlysta®), un anticuerpo monoclonal aprobado en Marzo 2011; y la
aspirina. Sin embargo, se utilizan muchos medicamentos para el tratamiento de
los síntomas del lupus.
Antiinflamatorios
Los medicamentos antiinflamatorios ayudan a
aliviar muchos de los síntomas del lupus mediante la reducción de la
inflamación y el dolor.
La aspirina es económica y de venta libre. Reduce
el dolor y la inflamación, y actúa como anticoagulante para evitar que se
formen los coágulos de sangre que el lupus puede causar. Sin embargo, la
aspirina puede provocar irritación estomacal.
La mayoría de las personas conocen el acetaminofen
como Tylenol® el cual se utiliza para reducir el dolor. Si bien causa menos
irritación estomacal que la aspirina, el acetaminofen no ayuda con la
inflamación y no puede controlar los síntomas debidos a la actividad del
lupus.
Los antiinflamatorios no esteroides (AINE)
eliminan la inflamación y son especialmente útiles para el dolor y la rigidez
en las articulaciones. Sin embargo, los AINE pueden provocar irritación
estomacal. Debe tener cuidado si toma cualquier clase de AINE, ya que
cantidades excesivas de ellos pueden reducir el flujo sanguíneo hacia los
riñones, lo cual posiblemente interfiera con la capacidad de eliminar los
residuos del cuerpo.
Corticosteroides
Los corticosteroides (también conocidos como
glucocorticoides, cortisona o esteroides) disminuyen rápidamente la hinchazón,
la temperatura, la molestia y el dolor con frecuencia asociados con la
inflamación. La prednisona es el esteroide que más comúnmente se receta para el
lupus. Una vez que los síntomas del lupus responden al tratamiento, la dosis de
esteroides se reduce (baja) en forma gradual.
Los efectos secundarios más habituales derivados
de los esteroides son algunos cambios en el aspecto físico, como presencia de
acné, rostro redondo o en forma de luna llena, aumento de peso debido a un
incremento del apetito, crecimiento del vello y aparición de moretones con suma
facilidad. Los esteroides también pueden provocar irritabilidad, agitación,
nerviosismo o depresión. Estos cambios en el aspecto y en el estado de ánimo
son más evidentes cuando se administran dosis altas de esteroides.
El uso prolongado de esteroides puede provocar la
destrucción de los huesos, osteoporosis causada por pérdida de masa ósea, debilidad
muscular, cataratas y retardo del crecimiento en los niños. Sin embargo, el
peligro mayor es el aumento del riesgo de padecer infecciones.
Si Ud. toma esteroides, asegúrese de limpiar y
proteger cualquier herida abierta que tenga, ya que las infecciones son una de
las principales causas de muerte en las personas con lupus.
Medicamentos
antimaláricos
Los medicamentos antimaláricos se utilizan
combinados con esteroides y otros medicamentos en parte para reducir la dosis
necesaria de los otros medicamentos. Los medicamentos antimaláricos protegen
contra los efectos dañinos de la luz ultravioleta y mejoran las lesiones de la
piel pero también previenen recaídas del lupus, daño en los órganos afectados y
mejoran la expectativa de vida. A diferencia de la respuesta rápida que se
obtiene con los esteroides, con los medicamentos antimaláricos pueden pasar
meses antes de apreciarse su efecto. La hidroxicloroquina (Plaquenil®) y la
cloroquina (Aralen®) son dos tipos de medicamentos antimaláricos utilizados
para tratar el lupus.
Los efectos secundarios de los medicamentos
antimaláricos son poco frecuentes y generalmente leves, incluyen malestar
estomacal y cambios en el color de la piel. Aunque es raro, uso prolongado de
antimalaricos puede dañar la retina del ojo que le estan examinando sus ojos
con los últimos métodos actualizados. Además, asgúerse de que la dosis que está
tomando sea basada según su peso ideal.
Inmunosupresores
(Moduladores inmunológicos)
Los inmunosupresores se utilizan para controlar la
inflamación ante la presencia de un sistema inmunológico hiperactivo. Sin
embargo, estos medicamentos reducen la capacidad de su cuerpo para combatir las
infecciones y aumentan las posibilidades de presentar infecciones virales como
el herpes zoster (infección viral similar a la varicela). Incluso ante la
presencia de un corte o herida insignificante, es fundamental que Ud. preste
atención e informe a su médico en caso de que aparezca cualquier signo de
infección, como enrojecimiento, hinchazón, sensibilidad o dolor.
Además, cada medicamento inmunosupresor tiene
efectos secundarios característicos.
La ciclofosfamida (Cytoxan®) es un medicamento
utilizado para el tratamiento de cáncer. Si bien puede aliviar la enfermedad
renal y pulmonar, es posible que afecte el ciclo menstrual de la mujer y
provoque problemas en la vejiga, pérdida del cabello y esterilidad.
El metotrexato es también un medicamento
anti-canceroso. Alivia el dolor y la rigidez en las articulaciones. Sin
embargo, puede causar sensibilidad a la luz solar, daño hepático, incluso
cirrosis, e infecciones pulmonares. Si Ud. toma este medicamento, no debe beber
alcohol, especialmente si Ud. tiene antecedentes de enfermedad rena. (Si Ud.
está tomando una dosis alta de metotrexato, no debe usar ningún AINE.) También
se recomienda tener mucho cuidado si toma aspirina. Las náuseas, las llagas en
la boca y los dolores de cabeza son los efectos secundarios más frecuentes del
metotrexato.
La azatioprina (Imuran®) se utiliza para evitar el
rechazo en los trasplantes de riñón. Ayuda a disminuir la dosis de esteroides y
mejora la enfermedad renal. Sin embargo, puede provocar pancreatitis y una
forma alérgica de hepatitis, por lo que se deben efectuar hemogramas y análisis
de la función hepática periódicamente.
La leflunomida (Arava®) se utiliza para tratar la
artritis reumatoidea y aparentemente ayuda en el tratamiento de la artritis del
lupus. Entre los efectos secundarios, pueden incluirse la diarrea, niveles
elevados de las enzimas hepáticas, pérdida de cabello, erupciones cutáneas,
llagas en la boca y la nariz, aparición de moretones o sangrado con suma
facilidad.
Anticoagulantes
Debido a que los coágulos de sangre pueden ser uno
de los síntomas de lupus que pone en riesgo la vida, se utilizan
anticoagulantes para evitar que se formen coágulos muy fácilmente. Los
medicamentos anticoagulantes incluyen una dosis baja de aspirina, heparina
(Calciparine®, Liquaemin®) y warfarina (Coumadin®). Especialmente en el caso de
que Ud. tome warfarina, su médico debe realizar un control extremo para que
asegurarse de que su sangre no se encuentre demasiado anti-coagulada y Ud.
pueda sangrar.
Otros
medicamentos
Con frecuencia, las personas con lupus necesitan
otros medicamentos para el tratamiento de afecciones que habitualmente se
presentan con la enfermedad: por ejemplo, los diuréticos para la retención de
líquidos, medicamentos antihipertensivos para la hipertensión,
anticonvulsivantes para trastornos convulsivos, antibióticos para infecciones y
medicamentos para el fortalecimiento óseo para la osteoporosis.
Muchos medicamentos no se recomiendan si Ud. está
planificando un embarazo, está actualmente embarazada o está amamantando. El
equipo de profesionales de la salud que la atiende debe controlar cada embarazo
atentamente el cual debe de ser planificado.
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